Bastante cola, la verdad, pero intento cumplir mi ritual sabatino de ir al Mercado. Primero doy la vuelta a la Pescadería, siempre lo hago, y me vuelvo a sorprender con la cantidad de cosas que antes no había habitualmente. Los puestos buenos siempre tienen gente que se lleva unos prodigiosos lenguados, cocochas y marisco, mucho marisco. Yo voy al menudeo y me conformo con parrochas y peones. Recuerdo que me hace falta embutido y me dirijo directo a la charcutería, pero me paro porque veo un costillar de vaca de color rojo oscuro intenso; hoy no es el día, pero tengo que llevarme un día un chuletón. En la charcutería me quedo esperando mirando las cositas buenas que van apareciendo: Quesos del Eume y de Villalba, de Arzúa... ¿Qué es eso? ¡Vaya, cacholas ahumadas! No sabía que... ¿Y ese queso? ¡Eso es nuevo! Me atienden: - ¿La mantequilla es casera? - De Queserías del Eume, pero es muy buena, y no la tiene que llevar entera que se la corto. - Bueno, hoy voy con prisa, pero otra ...
Llega un momento en la vida en que empiezas a creer que la palabra es importante. Estas son mis armas para luchar por y para tratar de mejorar el mundo.