Otra vez la noticia, que se repite cada vez con más frecuencia: Encuentran a una anciana que llevaba varios días muerta en su domicilio: Que Dios la acoja en su seno... ¿Y ya está? Recuerdo en mi niñez cuando releía todos esos Clásicos de la Juventud que todavía pueblan mis estanterías, que uno de los capítulos que más me sobrecogían de El Maravilloso Viaje del Pequeño Nils era ese en el que el niño convertido en duende entra en una casa y encuentra una anciana muerta. Las paredes están adornadas con las fotos de los ausentes, que buscaron un futuro y dejaron atrás el pasado, en el que se encontraba esa madre, abuela, hermana... que acabó sus días muriendo como si los humanos hubiésemos olvidado lo que es la humanidad. Vivimos en un mundo "social": Todo es social, y el estado es el socio principal de esa sociedad. Nos vamos de casa a buscar un trabajo cuidando ancianos mientras nuestros ancianos se van marchitando hasta que se cae el último de sus pétalos y el alma vuelve ...
Llega un momento en la vida en que empiezas a creer que la palabra es importante. Estas son mis armas para luchar por y para tratar de mejorar el mundo.